Hace un año mi esposo volvía de un viaje de trabajo súper relámpago que le salió. En otras circunstancias hubiésemos hecho lo imposible para que yo pudiese acompañarlo, pues viajaba a Asia, un continente que no conocíamos. Pero teníamos poco tiempo en Lima y las condiciones económicas no estaban dadas para el viaje.

Estuvo unas horas haciendo escala en París y le dio chance de pasear por esa ciudad que conocimos hace unos años cuando viajamos por primera vez juntos fuera de Venezuela. Luego llegó a Hong Kong y estuvo allí unos días para después partir a China. Todo el viaje fue de unas 2 semanas, contando treinta y tantas horas de ida y otras treinta y tantas de vuelta.

Cuando regresó trajo regalos para nuestro hijo y para mí. De todo lo que me ha regalado hasta hoy, uno de esos regalos ha sido el detalle más romántico que me ha dado, de verdad me emocioné mucho cuando me contó de qué trataba.

Las pulseras o brazaletes en pareja son comunes en China, como obsequio entre enamorados. Uno de los brazaletes está elaborado un material o color específico y el otro en uno diferente. Nuestras pulseras fueron hechas a mano, con cuentas o bolitas de madera, ébano la de él y caoba la mía, pero en cada pulsera hay una bolita diferente, hecha con el mismo material de la otra pulsera, de su pareja. Así, cuando usas tu pulsera, simbólicamente una parte de la otra persona te acompaña siempre y una parte de ti acompaña a tu pareja, para recordarse mutuamente que aunque no estén físicamente juntos, esa persona especial siempre te acompaña, es parte de ti.

Fue muy conmovedor y romántico que quisiera comprarlas y más aún usarlas, ya que mi esposo no utiliza ningún tipo de joyería o bisutería, sólo el reloj. Ver que se sintió motivado a comprar esto para nosotros me emocionó mucho.

La cuidaba muchísimo y prácticamente nunca salía de casa sin ella. Hace unas semanas iba en bus y le estaba cediendo el asiento a una señora, su pulsera se enganchó de algo y el elástico que sujetaba las cuentas se rompió, las bolitas salieron en todas direcciones y quedaron regadas por todo el bus. Él, quien es muy cuidadoso con la higiene en sitios públicos, no podía perder las cuentas de esta pulsera que significaba tanto para ambos, así que se agachó y empezó a recoger una a una las cuentas, prácticamente gateando por el odio del bus -realmente no me imagino cómo se sintió-. Los demás pasajeros al verlo tan interesado en recuperar las piezas de la pulsera, revisaban en los alrededores de sus asientos y le avisaban si veían una. Fue así como pudo recuperar todas las cuentas y al llegar a casa las sujetamos con un hilo de cuero, hasta que consigamos un elástico adecuado para volverla a usar.

Cuando nos convertimos en mamás y papás, es fácil dar por sentada la relación y olvidarse de tener gestos con la pareja, detalles sencillos que signifiquen mucho para ambos pueden mantener vivo el amor que un día los unió. No se den por sentado, nadie le pertenece a nadie, digan siempre lo mucho que se quieren y tengan gestos ocasionales con esa otra persona. El amor, especialmente el de pareja, es como una plana que debemos regar cada día para que siga floreciendo.

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