Los comportamientos inadecuados de nuestros hijos, comúnmente etiquetados como mal comportamiento o portarse mal, despiertan sentimientos en nosotros, los adultos involucrados en la situación. Eso que sentimos es lo que nos señala qué quiere el niño, cuál es su objetivo.

El detalle es que los niños muchas veces tienen una idea errada de cómo alcanzar ese objetivo y por eso tienen conductas socialmente inadecuadas o incorrectas. Si nosotros somos capaces de identificar qué nos hace sentir esa conducta, podremos determinar qué es lo que quiere y ofrecerle una respuesta más asertiva para que logre su objetivo de una manera positiva. En Disciplina Positiva se enumeran cuatro (4) metas erradas del comportamiento y las identificamos a partir de cómo se siente el adulto.

Nosotros somos la clave para descifrar el mensaje oculto detrás de la conducta, y la idea es que empecemos a verlo de esta manera para que nuestra actitud ante estos comportamientos cambie, y busquemos ofrecerles alternativas que sean respetuosas tanto con ellos como con nosotros.

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